Hace dos años publiqué sendas entradas (I y II) dedicadas a mi equipo de fútbol: la Unión Deportiva Las Palmas. La tercera entrega estaba pendiente y he decidido que llegue ahora, cerca del ecuador de una temporada que, por fin -esta vez será muy difícil equivocarme, viendo no solo la calidad de jugadores titulares y banquillo sino también la actitud ganadora del plantel amarillo-, llevará al equipo de nuevo a Primera División tras 13 años de ausencia.
Cuando cerré el segundo post, el equipo encaraba un final de temporada 2012/13 en la que el Almería nos terminaría robando el sueño de ascender (en la semifinal de la promoción). Fue un disgusto, pero lo peor estaba por llegar al año siguiente (temporada 2013/14), cuando se registró el que posiblemente haya sido el peor día en la historia de la Unión Deportiva: perder en casa un ascenso casi en el último segundo, en la final de la promoción contra el Córdoba, por culpa de una panda de desalmados (los cuatro mataos de siempre jodiendo la pavana) que interrumpieron el partido en el tiempo extra y desconcentraron a los jugadores, con sonrojantes incidentes posteriores que serían portada en todos los medios de comunicación españoles.
Asdrúbal desolado el 22 de junio de 2014 tras el ascenso perdido. Foto: Quique Curbelo |
Pero de ese tremendo mazazo, del que fui testigo atónito en directo desde el sofá de mi casa madrileña, muchos hemos extraído una enseñanza que va bastante más allá del fútbol: que no hay que rendirse nunca, que no hay que tirar la toalla cuando tienes fe en lo que haces y lo estás haciendo bien, que la Tierra sigue girando y la vida continúa dando oportunidades. Hay que reconocer a este respecto la loable tenacidad del presidente del club por volver a intentarlo de nuevo desde cero, contra viento y marea (el destino sería juguetón al emparejarnos en la primera jornada de esta temporada con el recién ascendido Llagostera, mientras que el Córdoba visitaba al Real Madrid en el Estadio Bernabéu).
Asdrúbal el 6 de diciembre de 2014 tras el gol de la victoria en el min. 90 ante el Leganés |
Y ya no podemos dejar de imaginarnos a Valerón, el gran icono moral de nuestro equipo y acaso del fútbol español, llorando de emoción el momento exacto en que conquistemos el ascenso en la primavera de 2015. Y la plaza de España (la antigua plaza de la Victoria) de Las Palmas abarrotada como en mayo del 2000 (¡eso lo viví allí!), cuando volvimos a Primera tras doce años. Es fútbol, nada más que fútbol. Pero como dice mi amigo salmantino y colchonero Santi Riesco, se trata de "la cosa más importante de las menos importantes". Y para los canarios será una inyección de autoestima: no solo una cuestión de orgullo colectivo sino un recordatorio de que podemos hacer bien las cosas (incluidas las que son mucho más importantes que el balompié) cuando nos lo proponemos. Así pues, solo me queda decir: ¡¡Arriba d'ellos!! ¡¡Pío, pío!!
FELIZ POSDATA: El 21 de junio de 2015, después de 13 años, la Unión Deportiva Las Palmas regresó a Primera División tras una emocionante victoria por 2-0 en su estadio sobre el Real Zaragoza.
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