sábado, 1 de octubre de 2016

El mito de Gustavo Bueno (y también el del "reduccionismo cientificista")


Con este tuit me despaché con el pensamiento de Gustavo Bueno a los pocos días de su fallecimiento este verano. Lo cierto es que lo mastiqué mucho antes de lanzarlo, pues no estaba muy seguro de su tono y oportunidad: es verdad que no le faltaba personalmente al respeto, pero el tuit era una dura (aunque legítima) enmienda a la totalidad a su filosofía en pleno duelo por su muerte. Mis dudas se despejaron cuando recordé que Bueno había tildado en 1996 de "mediocre" al profesor José Luis López Aranguren cuando éste aún se hallaba en su capilla ardiente. "Quien dice 'Aranguren nos enseñó a pensar' no está definiendo a Aranguren, sino a su propio y mediocre nivel de pensamiento", escribió hace veinte años en el artículo antes enlazado, asaeteando tanto al difunto como a sus seguidores. En fin, invito a tomar mi tuit y esta entrada solo como lo que pretenden ser: una crítica a sus ideas.

El principal motivo que me impulsó a condensar en 140 caracteres mi opinión acerca del trabajo filosófico de Bueno fueron las alabanzas desproporcionadas en prensa y redes sociales, muchas de ellas a manos de quienes seguramente jamás habían leído alguna línea suya (habitual por estos lares, desde luego). Tras su fallecimiento he sido testigo de desmesuras sonrojantes, incluyendo comparaciones a pensadores como Platón o Kant. Todo ello contrasta vivamente con mi impresión de lo leído y escuchado del propio Bueno, que no hace honor a su apellido: sobre todo, porque los textos de este hombre son ininteligibles, un desordenado -y, encima, presuntuoso- potaje de filosofía escolástica, hegelianismo de la peor especie, categorizaciones improcedentes y conceptos científicos tomados de manera impropia (en la ignorancia de lo que significan).

En el fondo, Bueno no deja ser una víctima de Hegel (ese "soplagaitas", según Schopenhauer) y su pensamiento. Si Hegel desarrolló su idealismo dialéctico y Marx hizo lo propio con su materialismo dialéctico, don Gustavo no podía ser menos: acuñó y formuló su propio sistema, el llamado "materialismo filosófico", una pomposidad que fuera de España (donde tantos filósofos conocen a Bueno como a El Fary) suscitaría estupor y risa floja a más de uno. Para tener una idea de qué va el "materialismo filosófico" (véase aquí una explicación más completa de su sistema), valga el siguiente texto de Bueno:

"El dualismo Hombre/Mundo, considerado desde los principios del materialismo filosófico, debe ser disuelto, o triturado, en cuanto reliquia de una visión teológica de la realidad. El procedimiento de disolución habrá de desarrollarse en dos frentes: la disolución de la Idea de Hombre como unidad metafísica, y la disolución de la Idea de Mundo (o, más modestamente, de Gaia) propia del monismo armonista. Por lo que se refiere al «Genero humano»: será preciso tener en cuenta que no cabe hablar, desde el punto de vista antropológico, de un único «género» semejante. Desde un punto de vista taxonómico-primatológico se distinguen por lo menos tres o cuatro géneros de homínidas: australopitécidos, pitecantrópidos, neandertalienses y cromagnones. El Mundo, por su parte, tampoco es una unidad sustantiva; el Mundo, como unidad, ha de ir referida al conjunto de los fenómenos con significado «organoléptico».

La doctrina del dualismo del Hombre y el Mundo se sustituye, en el materialismo filosófico, por la doctrina del espacio antropológico, que se organiza según tres ejes: el eje circular, el eje radial y el eje angular. Desde el punto de vista político el hombre habrá de ser considerado ante todo en el eje circular. Es aquí donde el materialismo histórico tiene sus principales efectos. Pero los contenidos incluidos en los ejes radial y angular no son en modo alguno homogéneos, ni susceptibles de ser pensados mediante categorías armonistas. Una biocenosis puede ser el mejor ejemplo del significado de esa tan admirada «unidad» de la Naturaleza: una biocenosis implica poblaciones de especies diversas conviviendo en una «armonía» más o menos estable, pero que implica la «explotación» y aún la muerte de los organismos que sean necesarios para la subsistencia de otros organismos heterótrofos. Desde el punto de vista político la concepción dialéctica y no armonista de la Naturaleza tiene un alcance de radio muy amplio, a la hora de formular programas y planes políticas «seculares»; así como también la consideración de los contenidos que se engloban en el llamado eje angular, cuya significación política puede deducirse de la importancia medible en términos de las inversiones económicas, atribuida no solamente en la antigua Unión Soviética, sino también en las actuales primeras potencias, a la investigación de los «extraterrestres» (proyecto Ozma, proyecto Seti)".
(Tomado de Principios de una teoría filosófico política materialista).

Otro oscuro -y, yo añadiría, grotesco- concepto acuñado y desarrollado por Bueno es el de "cierre categorial", que deja a las claras su ignorancia de lo que es una emergencia (más adelante abundaré en esto). Él mismo se explica en el vídeo de abajo. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.



En la última etapa de su vida, a Bueno le dio por teorizar acerca de España y también de la izquierda. De España llegó a decir que es un "problema filosófico que nos desborda", no definible como supuestamente sí lo serían "Suiza o Checoslovaquia" (¿?). Convertido al nacionalismo español, no ahorró críticas a la construcción política europea, que consideraba un "proyecto de la OTAN". En cuanto a la izquierda, hizo un distingo entre la supuesta izquierda definida ("definida en función del Estado") y la indefinida ("no definida por criterios políticos sino que está en otro mundo"). Esta última se correspondería con la que adopta causas como el feminismo, el ecologismo o la defensa de los derechos de los animales, que para Bueno no tendrían la categoría de "problemas políticos" (¡!). Anteriormente ya había hecho una no menos absurda clasificación de las doctrinas sobre la felicidad (en el vídeo enlazado hay un momento esperpéntico, desde el minuto 18:50 hasta el 21:20, en el que saca a colación nada menos que a la gravedad, exhibiendo un completo desconocimiento al respecto).



Bueno versus Ochoa: el "reduccionismo cientificista" sale a la palestra

Un episodio que causa intensa vergüenza ajena tuvo como protagonistas a Bueno y el bioquímico Severo Ochoa (todo un Premio Nobel de Fisiología y Medicina) al final de un acto académico de este último. Es una anécdota muy celebrada por los buenistas, que la interpretan como un zasca en toda regla del maestro al cientificismo reduccionista o reduccionismo cientificista. Pero si sabemos qué es una emergencia y en qué consiste la reducción de una ciencia a otra (no era el caso de Bueno y tampoco parece serlo de sus seguidores y de tanto analfabeto científico autoproclamado humanista), se trata de un ridículo bochornoso. ¿Qué debió pensar Ochoa al ser asaltado por un tipo esgrimiendo un libro de química para preguntarle si ese libro era química o no? "Sí, es química", le dijo el Nobel. "¿Y esta 'y' entre física y química es un enlace iónico, covalente o metálico?", le repuso, ufano, el filósofo.

En el mundo hay diversos niveles de realidad, pero todos ellos son reducibles dentro de una jerarquía. A nadie en su sano juicio se le ocurre analizar la guerra civil española atendiendo a la dinámica molecular (desde una óptica química) o al movimiento de electrones y quarks (desde una óptica física). Cada nivel de realidad tiene que ser analizado con herramientas adecuadas a ese nivel. La guerra civil española es un fenómeno social que ha de ser abordado científicamente por ramas del conocimiento como la historia o la sociología. Pero no por ello deja de ser una emergencia fruto de la acción de muchos individuos, cuya conducta es tratada por la psicología. Por su parte, los individuos son macromáquinas biológicas cuyo funcionamiento viene explicado por la biología. A su vez, la biología puede ser reducida a la química y ésta última a la física (desconocemos si hay algún otro nivel por debajo).

Ese libro de química de Bueno (le habría hecho bien leerlo, por cierto) es una entidad material, como nuestros propios cuerpos, sujeta a las leyes físico-químicas. Pero es algo más que eso, ya que es un contenedor de información expresada en un código lingüístico (cuya destrucción supondría, por supuesto, la pérdida del mensaje que porta). Es la lingüística, no la química, la que debe ser convocada para su tratamiento y análisis. La dichosa 'y' no es solo un simple borrón de tinta de imprenta (su soporte material) sino un símbolo lingüístico arbitrario cuya función es la de conjunción copulativa: no es un enlace covalente (que solo tiene significado en el ámbito de la química) ni una polla en vinagre ni nada parecido.

Devolviéndole la pelota -o sea, aplicando groseramente conceptos de un nivel subyacente a otro emergente-, Ochoa podía haberle respondido de esta guisa: "¿Y su majadería es una reacción endotérmica o exotérmica?". Esa majadería o sandez ha de ser tratada como un fenómeno psicológico, no biológico ni químico, lo que no obsta para que -como todo lo relacionado con un ser vivo, ya sea Bueno o un toro de lidia- tenga un fundamento biológico, químico y, en última instancia, físico. Puede ser una reacción fruto de la envidia, de la frustración, de alguna pulsión obsesiva o de un complejo de superioridad-inferioridad, pero el concepto "exotérmico" no procede en ese nivel de realidad. Como bien dice el psicólogo evolucionario Steven Pinker, saliendo al paso de los cansinos antirreduccionistas, hay que diferenciar siempre la causalidad próxima de la causalidad última. Los seres humanos se enamoran porque les hace felices (causa próxima), aunque en el fondo haya una inclinación genética (causa última): ello no tiene por qué quitarle valor al amor u otros sentimientos.

Por si alguien no ha tenido aún suficiente con Bueno, valgan aquí otras dos joyas del maestro, referidas respectivamente a su oposición al aborto y su aprobación de la tauromaquia (en la terminología de su materialismo filosófico, una "ceremonia de carácter angular, independientemente de que tenga otros componentes circulares o radiales"). Ciertamente, no podía esperarse otra cosa del maridaje de diarrea mental, analfabetismo científico y carpetovetonismo del más rancio (aunque vestido de marxismo y ateísmo).



Desconozco si Aranguren enseñó a pensar a muchos o a pocos. En lo que sí coincido con Bueno es en otra frase suya del artículo-obituario de 1996, enlazado al comienzo de esta entrada: "Es evidente que cada grupo social 'elige' a sus sabios y a sus héroes. Pero al elegirlos se define a sí mismo, tanto o más que a la persona escogida como paradigma de sabio, de filósofo o de héroe". Esto es perfectamente aplicable a los seguidores del propio Bueno.

45 comentarios:

jomis dijo...

magnífica reseña

emejota dijo...

Le conocí hace cuatro décadas. Infumable desde mi humilde instinto. Me alegra no ser la única.

Anónimo dijo...

En esas obras ininteligibles de Bueno, es decir, en esas obras que tú no entiendes, está la respuesta a tus ridículas e infantiles críticas.

A estudiar.

Nicolás Fabelo dijo...

Sr. Anónimo, parece que su formación solo le permite argumentar en apenas 20 palabras apelando únicamente al principio de autoridad ("lo dijo el gran maestro, por tanto ha de ser cierto"). Así pues, ya está usted tardando en hincar los codos, pero incluya también algo básico de ciencia -además de lógica, redacción y comentario de textos- en su plan de estudios. Ha quedado usted perfectamente retratado con su enjundiosa crítica.

Tártaro dijo...

Señalaba únicamente que no has entendido ni una palabra de la filosofía de Bueno. En relación a eso solo cabe invitarte a estudiar para no seguir haciendo el ridículo. Estamos pues en un estadio previo al del intercambio de argumentos.

Un saludo.

Paloma dijo...

A ver, bodoque. Ochoa dice: "Todo es Química." Lo cual implica que hasta la Lingüística y la Física en su totalidad son Química. Pero entonces, para reconstruir un enunciado lingüístico, una frase de un libro, por ejemplo, bastaría con la libre interacción de los átomos componentes. Pero no solo eso: sino que no se trataría de una libre interacción, sino que Ochoa nos estaría descubriendo que la gramática del inglés estaba ya no determinada por una combinación azarosa de elementos químicos, sino por una combinación que, a medida que se hace mas compleja, llegaría espontáneamente a darnos lugar a nosotros (los humanos) y nuestras letras. Vamos, que la razón de ser de las letras, es toda ella química y escrita esta en las leyes de combinación de los átomos en su diversidad: lo cual pediría una extensión enorme de la química que conocemos; no sé como conseguiría imaginárselo Ochoa. O quizás es que no se lo imaginaba y que simplemente hablaba por hablar desde un éxtasis místico digno de un buen devoto de su obra y dedicación de toda una vida. Para cualquier tipo con sentido común, para pasar de un nivel a otro (como de la composición química de un libro a su contenido lingüístico) hay que recurrir a ideas del tipo de 'emergencia' ('anamorfosis', en el sistema de Bueno, vendría a ser una puesta en evidencia del 'deus ex machina' mas o menos implícito en 'emergencia'). Bueno opta por la anamorfosis, lo cual nos deja en una docta ignorancia. Cierto es que al contar la anécdota Bueno no hace explicita su posición de partida (la anamorfosis), y también es cierto que para desafiar a Ochoa asume de forma un tanto disparatada (y lo hace a propósito) la burrada enunciada por este ultimo (Todo es Química). Entonces, bodoque, ponte en la piel de un tipo razonable al que le haga gracia el narcisismo ingenuo de Ochoa. Si este individuo quisiera imaginarse cómo la química de la época, con el tipo de enlaces entre átomos que admitía, podría dar cuenta de enlaces que, aun pareciendo gramaticales, de acuerdo a la imaginación de Ochoa son Solo químicos (ya que si químico es Todo, lo que no es químico no es que esté en un nivel distinto de la química, sino que es precisamente Nada), no habría inconveniente en utilizar los enlaces que tiene a su alcance: pongamos el metálico, el covalente y el iónico. Y con ello intentar justificar la lógica de una gramática particular a partir de combinaciones entre diferentes átomos unidos por estos diversos enlaces. Si de tal combinación a niveles de complejidad cuantitativamente superiores no se llega a las gramáticas particulares como una conclusión lógica, ya prevista como necesaria en las premisas (átomos y enlaces químicos), entonces resulta que no todo es química, porque la química no explica los resultados visibles en otros campos, que se dan con tanta evidencia y efectividad como el de la química. Bien, pues eso es todo, trol. Y mira que te ibas acercando, pero resulta que ni te oliste lo que presuponía Bueno bajo la ironía de su pregunta a Ochoa, ni siquiera, al parecer, oliste su ironía (lo cual te deja al nivel de una sordera conductual), y al final casi hasta has reproducido el presupuesto de Bueno, solo que sin ironía, sin estilo y sin razón, además de maridando reduccionismo con emergencia, en lugar de comprender sus limites (que es para lo que servía la 'anamorfosis' citada) y mereciendo por lo tanto un buen mal trago por el sonrojo que, tras leer esto, debe de venirte a la velocidad del rayo.

Nicolás Fabelo dijo...

Jajaja, me llama bodoque y trol... Qué sonrojo... Lo propio hubiera sido suprimir su comentario por faltar al respeto al interlocutor, pero prefiero que quede constancia de él. Así nos ilustra a todos con su sintaxis, su elegancia y su sapiencia. Estoy por decirle que busque el significado de Emergencia al menos en Wikipedia, pero antes tendría que hacer otras búsquedas como Biología, Química y Física. Son muchos deberes, qué lástima... No tiene usted idea de lo que habla, es una ignorante presuntuosa (ergo ridícula).

Demangeon dijo...

Me parece que una obra tan extensa y compleja como la de Bueno requiere bastantes más matices. Estamos hablando además de filosofía, una disciplina donde es difícil decidir qué tesis es la correcta. Así que un adjetivo como pseudocientífico sobra. Gustavo Bueno no hacia ciencia, hacia filosofía.

Para empezar Bueno podía equivocarse en muchas de sus tesis pero cae obviamente fuera de la categoría de "verborrea sin sentido". Sus ideas filosóficas pueden estar expuestas con cierta complejidad pero pueden entenderse, tienen sentido, son sistemáticas y no son ocurrencias al estar bien enraizadas en la tradición filosófica y en avances científicos dados al menos hasta época reciente. Por ejemplo el texto sobre el dualismo hombre/mundo se entiende perfectamente y tiene sentido como crítica a conceptos (hombre, mundo) enormemente abstractos que pueden oscurecer muchas realidades (en lugar de hombre, hay géneros homo, naciones, estados etc muchas veces en conflicto... en lugar de mundo hay ecosistemas, especies en equilibrios inestables...).

En cuanto al reduccionismo, la realidad es que nadie sabe si se puede hacer tal reducción por ejemplo de la sociología a la psicología a la biología a la química y a la física. En la práctica parece que no se puede porque no existe una ciencia unificada ni hay pistas de que tal cosa vaya a existir. Así que por el momento el antireduccionismo de Bueno, donde cada ciencia crea una categoría parece estar más en la realidad que otras tesis alternativas.

Un saludo

Nicolás Fabelo dijo...

Agradezco el comentario, Demangeon. Me alegra constatar que se puede debatir sobre este asunto sin pegar gritos e insultar, exponiendo cada uno civilizadamente la que considera su "verdad".

Lo cierto es que resulta muy complicado el diálogo entre las dos "aceras" porque estamos hablando de paradigmas muy diferentes: uno es el científico (sometido a una constante e implacable reválida empírica) y otro el elucubrador-filosófico (que, por desgracia, suele estar desapegado de la realidad y ser presa de la confusión conceptual). Creo sinceramente que en el texto he conseguido explicar con cierta claridad la visión científica del asunto (no hace falta ser científico para ello, aunque sí saber algo de ciencia), que parece la más próxima a la realidad por su propio carácter. Además de remitirme a lo que ya he escrito (sería absurdo volver sobre lo mismo), quisiera subrayar una evidencia innegable: sin sustrato biológico no habría pensamiento ni cultura, sin sustrato químico no habría vida, sin sustrato físico no habría química. No obstante, insisto, cada nivel de realidad ha de ser abordado con herramientas adecuadas para esa emergencia. ¿Cómo iba a creer Ochoa que la dichosa 'y' del libro fuera un enlace covalente? El problema es que Bueno nunca entendió esto... y sus seguidores no acaban de entenderlo.

Por cierto, sí se puede acusar a Bueno de utilizar conceptos científicos con absoluta impropiedad (y esto es una forma de pseudociencia). En mi entrada hay varios ejemplos, como cuando convoca a la gravedad para ilustrarnos acerca de las teorías sobre la felicidad. El problema es que si alguien no sabe lo que es la gravedad -me temo que entre las gentes de letras son una inmensa mayoría- no puede pillarle hablando impropiamente -diciendo auténticos disparates, para ser más explícito- de lo que desconoce.

Y estoy completamente en desacuerdo con usted: para hacer filosofía hay que saber de ciencia si uno no quiere limitarse a construir castillos conceptuales en el aire, incluso si uno no quiere hacer el ridículo. Como ya escribí hace tiempo en mi blog:
"¿Cómo se puede ser un buen epistemólogo sin tener nociones de Neurociencia? ¿Cómo se puede escribir sobre Ética sin saber algo de Biología? (para tener una cierta comprensión de lo que es la vida -no solo la humana- y constatar, entre otras cosas, que nuestro sistema nervioso no difiere del de los cerdos u otros mamíferos). ¿Cómo se pueden aventurar hipótesis metafísicas sin la más remota noción de Cosmología moderna?". http://picandovoy.blogspot.com.es/2013/05/los-frutos-de-la-ignorancia-cientifica.html

Un saludo

Anónimo dijo...

He aquí un individuo que teniendo noticia del escándalo Sokal emula la jugada indiscriminadamente, y le supone (gratuitamente) una ignorancia científica a un tipo (Gustavo Bueno) que tenía amplísimos conocimientos científicos (lea la teoría del cierre categorial, si es usted capaz de entender algo).
No se da usted cuenta de que no se trata de una guerra entre ciencia y filosofía. En primer lugar porque ciencias hay muchas, cada una de ellas generando una filosofía que busca reducir a las otras (fisicalismo, psicologismo, sociologismo, biologicismo, etc.) y además porque cualquier pretensión de totalización implica un método y un material (las ideas) que no pertenece a ninguna ciencia. ¿Acaso piensa el genial artífice de este blog que su texto brota de la ciencia como la flor en un jardín?, ¿que surge sin contestación, definitivo, cuando se conoce toda la ciencia?, ¿Y si teniendo presentes todos los conocimientos científicos sigue existiendo dialéctica, precisamente suscitada, entre otras cosas, por esos mismos conocimientos científicos, de qué naturaleza es esta dialéctica? El genial individuo que nos regala con sus doctísimos textos nada sabe de las ciencias más allá de los refritos metafísicos de divulgación para memos (comulga en la misa de Punset o similares) y esa metafísica le ciega como una luminosa revelación. Y así tal iluminado ni las manos que tiene delante alcanza a ver y de tanta luz ni el ridículo que hace se le hace visible.

Nicolás Fabelo dijo...

Es un diálogo estéril. Usted no va a salir de su paradigma (siga en él instalado si se siente a gusto, no pretendo convencer a nadie y menos a un "creyente") y yo no voy a salir del mío. Esto no da para más. Cualquier persona con formación científica que lea eso de que "Bueno tenía amplísimos conocimientos cientificos" se troncha. Si es que no hace falta rascar mucho... Por cierto, en la ciencia solo hay un método, que es precisamente lo que la define: el método científico. Y claro que no hay una guerra entre ciencia y filosofía: la oposición es entre ciencia y mala filosofía. ¿Que sabrá usted lo que yo sé de ciencia si usted mismo aparenta no tener pajolera idea? Deje de hablar de mí y limítese a rebatir lo que yo he dicho sobre Bueno. Me llama la atención que en su deriva 'ad hominem' me haga comulgar con Punset cuando mi opinión sobre él como divulgador no es precisamente buena (y lo he expresado varias veces en este blog). A continuacion le enlazo varios textos míos sobre la relatividad, Einstein, las ondas gravitacionales, el bosón de Higgs, la dinámica estelar y Punset. Páseselo a algún amigo o conocido científico (si acaso lo tiene; espero que sí, porque la endogamia intelectual es muy fea) a ver si supera el umbral de "refrito metafísico de divulgación para memos'.

Nicolás Fabelo dijo...

Aquí tiene los enlaces prometidos, Sr. Anónimo. Por cierto, ¿por qué no nos desvela su identidad? De ese modo podríamos acceder a sus propias reflexiones filosóficas y acaso científicas, que intuyo muy profundas.

http://www.rtve.es/noticias/20160211/ondas-gravitacionales-rizos-quinta-dimension/1298684.shtml

http://www.rtve.es/noticias/20151124/siglo-mano-albert-einstein/1259800.shtml

http://picandovoy.blogspot.com.es/2012/07/boson-de-higgs-bienvenido.html

http://picandovoy.blogspot.com.es/2012/05/pero-por-que-demonios-brillan-las.html

Julio Oliva Freuding dijo...

Me trae bastante sin cuidado Gustavo Bueno, del mismo modo que buena parte de lo que se da en llamar filosofía. Por tediosa, estéril y hasta risible en ocasiones... Ahora bien, lo que acabo de escuchar en bica de este señor referente a la tauropatía y al aborto son aberraciones impropias de su (¿merecida?) fama. Un fárrago balbuceante, vacío prácticamente de contenido, repleto de disparates e incorreciones y, sobre todo, carente de sensibilidad y empatía. Un alarde de cuñadismo, vaya... No sé cuál será el bagaje científico de este individuo, pero puedo presumir que no será demasiado.

Jesús G. Maestro dijo...

Nicolás, con lo que has escrito me temo, y te lo digo con franqueza, que te desacreditas como profesional de la información. Y de muchas otras cosas, aunque tú no puedas verlo, por razones que desconozco. Ten en cuenta que no escribes solo para ti, o para tus amigos, sino para todo el que te lee. Haces afirmaciones y declaraciones que son impropias de un periodista. Y que de hecho son impropias de un profesional de la escritura. Tú verás. Pero si tienes respeto por ti mismo, por tu imagen pública, y por tu profesionalidad, deberías pensarte un par de veces lo que has publicado en esta entrada. Mucho ha de beneficiarte algo por lo cual has escrito esto para que las deficiencias que haces públicas al escribirlo no sean perceptibles para ti. En fin, cosa tuya.

Nicolás Fabelo dijo...

Ya solo faltaba que me atribuyeran intereses espurios... En fin, menos mal que no vivimos en Corea del norte y usted no es un comisario político. Visto lo visto, cierro los comentarios a esta entrada.

Nicolás Fabelo dijo...

Por cierto, se trata de un artículo de opinión publicado en mi blog personal. No tiene, por tanto, relación alguna con mi trabajo.

Jesús G. Maestro dijo...

Nicolás, ¿cómo se puede concebir a un buen periodista detrás de una persona que se desacredita a sí misma escribiendo cosas que no tienen valor alguno? ¿Para qué quieres convertirte en algo así? ¿Si profesionalmente no harías algo así, por qué lo haces personalmente? ¿Por qué quieres valer personalmente menos de lo que vales profesionalmente? Yo, con sinceridad, creo que no te vale la pena. Pero es cosa tuya. Mira, Larra, que era buen periodista, y buen crítico, decía, y cito más o menos de memoria, que a veces el buen gusto proscribe lo que la ley permite. Tú mismo. Pero ten en cuenta que, en este mundo, y no vivimos en otro, lo que haces, lo dices, determina lo que eres. Lo dicho, cosa tuya.

Nicolás Fabelo dijo...

En un debate civilizado se responde a la crítica con argumentos, no recurriendo al principio de autoridad, descalificando o amenazando. A veces tengo la impresión de haberme topado con una religión.

Paloma dijo...

Si por entender no ha entendido ni que la mención a Aranguren es lo de menos en la cita, que se puede sustituir por Platón, Schopenhauer o el lucero del alba. Si es que no se entera. Que lo de menos es Aranguren, que lo de más es lo de "aprender a pensar". Nicolás, se lo estamos diciendo y no se entera de nada. Si es que no entiende absolutamente nada.

Continúe usted con el sistema nervioso del cerdo y emociónese al pensar que es similar al del ser humano. Y a partir de ahí elabore un concepto de Ética y nos lo va contando.

Como le aconsejaban hace varias comentarios, estudie, que está haciendo el ridículo.

Paloma

Julio Oliva Freuding dijo...

Antropocentrismo: variedad de ombliguismo profesado especialmente por legos en ciencias.

Ciencia: método de acceso a la realidad y conocimientos resultantes, de difícil y a veces imposible aprehensión para los antropocentristas.

Emilio dijo...

Si la ciencia tuviese respuesta para todo, el problema del conocimiento no existiría. El problema es que la ciencia se muestra muy potente acerca de los fenómenos físicos pero mucho menos fuerte frente a los psicológicos o sociales. Se hace necesario por tanto construir métodos y protocolos que nos permitan aproximarnos a esos ámbitos en los que el conocimiento solo puede ser aproximativo. Y en esta tarea el reduccionismo no ayuda.

Emilio dijo...

No quiero erigirme en defensa de Gustavo Bueno, no conozco suficientemente su filosofía y en más de una ocasión no estuve de acuerdo con algunas de las cosas que decía, pero entiendo que si Fabelo pretende que demostrando que Bueno pudiera estar equivocado, él estaría en lo correcto, incurriría en varios errores lógicos. Si además lo hace basando su crítica sobre aspectos circunstanciales de su pensamiento habría que sumar algún error más.

Newton en la intimidad cultivaba con fruición la alquimia, y Schrodinger atribuía nada menos que a Dios las reglas de la ciencia. Juzgarlos por ese lado nos hubiera impedido conocer el pensamiento de dos grandísimos genios a los que tanto debe la ciencia. Pero también la prueba de que se puede ser un grandísimo científico a unas horas y alquimista o ver todo como una creación de Dios a otras.

La cuestión es que un grandísimo experto en física cuántica no está más capacitado que quien no lo es tanto, si de lo que se trata es de analizar los fenómenos sociales o los psicológicos. Ser un experto en neurociencia no concede un pasaporte especial para entender de Economía o Sociología. Tampoco el estudio de los simios nos dirá como deberemos resolver los problemas éticos o jurídicos de nuestras sociedades.

El problema es que el reduccionismo bajo el pretexto de que nos ofrecerá alguna vez ciencia social bajo postulados de ciencia dura y de que el nivel anterior explica el siguiente, nos ha metido en un buen callejón sin salida en el que las ciencias sociales tal como se concebían han perdido cualquiera virtualidad para convertirse en mera “cháchara” y en su lugar se ha instalado un estado de cosas que no distingue lo objetivo de lo subjetivo y no está claro si los seres humanos somos iguales, diferentes o todo lo contrario.

Lo cierto es que, esa pretendida ciencia dura aplicada a las personas o las sociedades no se ve por ningún lado, y en ese desorden quienes realmente han salido triunfantes son todo tipo de ideologías: nacionalistas, de género, y en general todas aquellas capaces de reunir tras de sí a grupos sociales numerosos que se acaban imponiendo por la fuerza del número. También todo tipo de pseudociencias hasta el punto de que sistemas públicos de salud han financiado la homeopatía.

A veces esta pretendida “ciencia” conduce a resultados tan extravagantes como cuando se niega el libre albedrío y se convierte al ser humano en alguien sin competencia moral y, en consecuencia, a los sistemas legales y penales en monstruosidades porque la responsabilidad por nuestros actos no sería mayor en un adulto capaz que en un menor de edad, un incapacitado o un psicópata. De lo que se deduce que las cárceles deberían estar todas abiertas. A partir de ahí quienes nos comparan con las hormigas, los toros o los simios tienen ante sí un inmenso campo de juego, yermo y estéril si se pretende que arrojen alguna luz sobre la condición humana pero que algunos abrazan con la fe del converso.

Vivimos en una sociedad en la que no siembra alarma que exista un Institut Nova Història en Cataluña, con financiación oficial, que cada día descubre para general sorpresa que un gran número de personajes históricos como Santa Teresa, Colom, Cervantes y no sé cuantos más en realidad no son de donde siempre se ha creído sino que son catalanes. El chovinismo cotiza al alza. Y otro tanto se podría decir de infinidad de estudios como los que versan sobre el sexismo en el lenguaje cuyas conclusiones ni tan siquiera son luego respetadas por sus autores.

En cuanto a lo de las Ciencias y las Letras que aparece en algún comentario, entiendo que no es la mejor ocasión para sacarlo a colación. Es cierto que en nuestro sistema educativo y en la sociedad en general las ciencias no tienen consideración de cultura, y que sería muy importante reenfocar ese asunto en la enseñanza para combatir por ejemplo el anumerismo y en general la baja formación matemática y científica de muchísimos escolares. Pero ahí parece que tropezamos en hueso duro y no se plantea ese debate.

IKER dijo...
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Anónimo dijo...

Creo que debería aclarar qué obras del susodicho ha leído. Porque he de admitir, sin ser un experto, ni un talmudista, ni nada parecido, pero sí un lector de un puñado de sus libros, que sus críticas resultan un poco extrañas («ignorancia de lo que es una emergencia»; «completo desconocimiento al respecto de la gravedad»; «diarrea mental, analfabetismo científico»). Tampoco es cuestión de que escriba un tratado en su blog personal (pues el propio Bueno «despachó» a Aranguren en un periódico), pero al menos este deja claro su conocimiento sobre la producción del «criticado»: el manual de ética; libros y artículos sobre el cristianismo; ¡hasta su ejercicio de oposición a cátedra!

Como ejemplos cita artículos y vídeos de Youtube, y ninguna de sus obras, digamos, «académicas», lo que invita a pensar a uno que mucho, lo que es mucho, no lo ha leído. «¿Para qué voy a perder mi tiempo con la risible Filosofía de El Fary de la Filosofía?», podrá objetar. Me parece perfecto. Pero repito que estaría bien especificar lo que conoce y ha leído de Gustavo Bueno porque, por otra parte, su enconado comentario podría llevar a pensar a algún despistado que esta entrada es una suerte de síntesis de una hipotética crítica demoledora y rigurosa de su filosofía, la cual podría hacer usted si tuviera «el tiempo y las ganas». Y de esto último no estoy tan seguro.

Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Tras ver el vídeo de la tauromaquia y algunas otras entrevistas y lecturas en las que abundan como era habitual la pomposidad y las diarreas mentales explosivas del "máximo exponente de la filosofía española contemporánea" el célebre (en España únicamente) profesor Bueno no pude evitar acordarme del "maestro" de esgrima atolondrado que encontró el legendario Buscón Don Pablos en sus andanzas camino a Segovia, el que se acabaría batiendo en duelo con el manual de esgrima en una mano y el cucharón en la otra, y que de poco no despedaza el infame mulatazo con bigotes de guardamano.

Que un pensador poco más que mediocre se considerara en España el máximo exponente de la filosofía española de su tiempo es, mal que me pese decirlo, cómico y vergonzoso, y resume la tragedia que representa lo mucho que se premia y admira en demasiadas ocasiones la mediocridad en España.

El emperador está desnudo.

Anónimo dijo...

Vaya post más deplorable. Creo que hay que lavarse la boca para hablar de un filósofo como lo fue Gustavo Bueno, y eso que no comparto (totalmente) sus ideas. Es bochornoso que en la era de las redes sociales y la globalización tecnológica, el sacrificio por la democratización de la información sea este tipo de contribuciones sin ningún rigor ni fundamento.

Un saludo.

Nicolás Fabelo dijo...


Vaya comentario más deplorable el anterior a este. Semejantes "contribuciones" hechas desde el anonimato y sin un solo argumento sí que son verdaderamente bochornosas. Por cierto, no puedo estar más de acuerdo con lo dicho anteriormente por Luis Barcelona.

Anónimo dijo...

Creo que no tienes mucha idea de nada. A saber qué buscas,que vergüenza da que España esté llena de trepas como tu.

Odracirribilis dijo...
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Odracirribilis dijo...

El materialismo emergente es un tipo de dualismo disfrazado. Ir de arriba a abajo en principio es coser y cantar, el problema lo tienes al reconstruir de abajo a arriba ya que necesitas sacar propiedades de una lista paralela que has tenido que ir haciendo cuando reducías. Eso en mi pueblo es hacer trampas y no explicar nada, o ir a vender la burra y traerte solo la cuerda. Lo peor de todo es que esta discusión no es ni siquiera ni moderna, es un eco del inmovilismo de Parménides cuando decía el ser es y el no ser no es. Tuvieron que venir Platón, dualista, y más tarde Aristóteles, pluralista, a sacar del atolladero del no cambio.
Pinker mismo, al que aludes, cae en su propio reduccionismo de una manera evidente para todos salvo para él y otras personas de su cuño cientificista (léase Dawkins o Dennet, o Churchland etc) y es su hipótesis del mentalés al que describe como el lenguaje que subyace todos los lenguajes.A poco que lo pienses te darás cuenta de que ha caído en un círculo vicioso, explicar el lenguaje con otro lenguaje no es sólo un dilelo, es una tomadura de pelo. Pero este es el nivel intelectual que hay ahora, cuando cualquiera por tener un título de físico o de biólogo o de economista o de psicólogo se cree con derecho de enmendar la plana fuera de su campo a otros que llevan pensando mucho tiempo. Son tan postmodernos como los que denunciaba el escándalo Sokal.

Miguel Antón Moreno dijo...

Calificar algo de infumable revela falta de humildad por tu parte. Si no has podido fumarte la obra de Bueno tampoco has podido comprenderla. A partir de ahí cualquier crítica será solo un intento.

Anónimo dijo...

El sectario de los buenitas (porque definitivamente Gustavo Bueno es una religión) y del energúmeno de Jesús G. Maestro no conoce límites. Debería agradecer que no se haya dedicado a escribirle 50 veces "Hombre, por favor!!".

Anónimo dijo...

Es indudable que Gustavo Bueno elaboró un "sistema" filosófico con el que cada cual puede o no estar de acuerdo. Lamentablemente, al final, emergen cuestiones ideológicas que nos posicionan a favor o en contra del autor. En este enlace se puede leer quién era Gustavo Bueno:
https://www.atlanticaxxii.com/mito-gustavo-bueno/
Un hecho cierto, así lo ha manifestado públicamente su hijo Gustavo Bueno Sánchez, es que en los postulados de VOX está implícita la filosofía del materialismo filosófico.

Anónimo dijo...

Como continuación a mi comentario anterior, dejo aquí otro enlace que me parece interesante para hacernos una brevísima idea de Gustavo Bueno:
https://www.infolibre.es/noticias/opinion/2016/08/08/gustavo_bueno_53368_1023.html

Claudio dijo...

Una de las razones sin duda que hacen que Gustavo Bueno sea tan odiado se debe a que sacó el conocimiento universitario (ese conocimiento encerrado entre cuatro paredes) y lo lanzó a la gente que necesitaba de entender el mundo bajo un sistema de pensamiento y también de entender otros sistemas de pensamiento incluso contrarios al materialismo filosófico, además de que ya no seguía los tópicos de los intelectuales que ahora nos rodean, fácilmente podría haber tomado partido por el veganismo, el feminismo, los separatismos españoles y la Unión Europea como ridícula organización para que el fascismo nunca vuelva a pisar la tierra, pero prefirió otro camino y es que Gustavo Bueno no es un gran filósofo y yo diría que ninguno es un gran filósofo, solo se dan cuenta de los problemas que los rodean, de la tierra que están pisando y del mapa que deben hacer. Justamente ese elemento que hace que sea odiado es la razón por la cual es tan amado, puedes perfectamente ver y aprender de otros autores más oscuros que Bueno (que como dije, sacó el conocimiento de la academia) como a Heidegger (que no, que no tiene nada que ver con el nacionalsocialismo) o a Nietzsche (que no, que no tiene nada que ver con el nacionalsocialismo pese a que Hitler lo haya leído) y todo eso. Ahora, como aficionado de la filosofía espero la respuesta de los analíticos ingleses o de los idealistas alemanes de hoy, la filosofía no termina con Gustavo Bueno, la filosofía sigue su curso mientras más problemas se van presentando, por Dios, imagina un filósofo en la caja idiota, lleno de periodistas idiotas y presentadoras con más pecho que cerebro, pero ahí estaba Bueno, bajando a la caverna, eso es lo que ningún intelectual está dispuesto a hacer, porque en el fondo son ignorantes que no pueden responder a las dudas del pueblo ignorante e idiotizado. Ahora otra cosa de la que me he dado cuenta es sobre las críticas al materialismo filosófico como un sistema casi absoluto que lo puede abarcar todo (lo cual revela su calidad), pero eso se debe precisamente a que sale de la universidad, sale de la academia y también se debe a su originalidad como sistema, de diagnosticar el problema de los dualismos (naturaleza/cultura, sujeto/objeto, hombre/naturaleza, mente/cuerpo, etc.) esto es algo que choca bastante en el ámbito universitario porque el textismo posmoderno hace casi imposible que alguien pueda patentar un concepto nuevo y estudiarlo sin antes haberlo sacado de otro autor, claro, vamos a tratar nuestros problemas del 2019 con las palabras de Butler, de Heidegger o de Ortega, es como tratar de criticar el feminismo desde el feminismo, es obvio que no va a salir nada, pero también se han planteado problemas en torno a esto, por ejemplo ¿Qué es M3 en las ciencias psicológicas? ¿que son esas abstracciones materializadas en psicología que es M3 en el materialismo filosófico? lo peor de todo es esto de "verborrea sin sentido", claro si eres un ignorante toda la filosofía te parecerá una verborrea sin sentido con todo respeto, en mi caso no es así, hasta de Nietzsche, que es el paradigma de la asistematicidad filosófica puedes sacar algo en limpio, finalmente comentar esto de Bueno y VOX, que no da para nada, es cierto que VOX se ubica en el espectro político de la derecha, pero es que da exactamente lo mismo, de hecho si trasladamos a VOX a los años 70 o 80 parecerá un partido de izquierdas, eso es porque la izquierda moderna son un montón de políticos y empresarios corruptos con la única cualidad de que buscan legalizar drogas o legalizar tal o cual parafilia, pero siguen siendo lo mismo, en el pasado los políticos y empresarios se aprovechaban del obrero dándole alcohol para desorganizarlos, ahora lo hacen con marihuana.
Y supongo que no se han dado cuenta de que esto es un enorme esfuerzo por integrar al nuevo mundo olvidado (Hispanoamérica) y llevarlo a los debates filosóficos ¿o acaso sólo el alemán sirve para hacer filosofía?

Anónimo dijo...

Todas estas discusiones se deben a un hecho: la filosofía no aporta conocimientos objetivos universalmente válidos, como la biología y la química. Es una disciplina que elabora teorías y explicaciones sobre diversas cuestiones, como la naturaleza del hombre, de la sociedad o la materia, la organización del Estado, el ser, la ética y la moral, etc., que si bien no constituyen una ideología en sí mismas, están ideológicamente sesgadas y, a su vez, son fundamento de ideologías políticas o económicas. Esto no quiere decir que todas las filosofías y sistemas filosóficos tengan la misma validez, ya que esta depende de la consistencia lógica, la coherencia, las evidencias factuales, la racionalidad o la capacidad analítica. La “Suma Teológica” de Tomás de Aquino, por ejemplo, es una de las más grandes obras filosóficas, para mí, claro, pero para otros será una gran paja mental.

Anónimo dijo...

Gustavo Bueno es un metafísico, un filósofo de formación escolástica tomista, un filósofo aristotélico, un teólogo reaccionario que en los años sesenta del siglo pasado se relacionó con el Partido Comunista de España y se hizo marxista. Desde un punto de vista técnico, desde el punto de vista de la filosofía de la ciencia, él abreva una teoría epistemológica que denomina del cierre categorial.

La otra cara de Gustavo Bueno es su evolución hacia el conservadurismo, al instituir una fundación o secta (la Escuela de Oviedo) financiada por el Partido Popular, dígase la extrema derecha en España. Ante esa circunstancia, el que se nos venda su trabajo como la continuación de Marx le aseguro que hoy día produciría en nuestro país la carcajada más estruendosa que usted pueda imaginarse. Nadie que estudie filosofía contemporánea o que haya tenido que ver seriamente con el marxismo admitiría que Gustavo Bueno y la Escuela de Oviedo tengan nada, pero nada, que ver con el discurso marxista. Por el contrario, muchos están, estamos escandalizados con las cosas que actualmente escribe, viniendo de donde viene.

Su lectura de Marx es mala y sus conclusiones peores. Podemos reconocer la herencia hegeliana en Marx y sin embargo preguntarnos: ¿Qué Marx nos ayudaría a ser mejores y cambiar el mundo? A lo que yo respondo que el Marx hegeliano no, dado que la dialéctica hegeliana heredada por Marx nos dice que la historia avanza por su lado malo o su lado peor, y que en una época como la nuestra significa el exterminio de la humanidad. Por tanto, no podemos estar de acuerdo con una dialéctica que apunta al fin de todas las cosas.

Hay que decir que eso no quita que haya publicado una revista filosófica, El Basilisco,
con cosas interesantes. En otras palabras, se puede ser inteligente, influyente, y al mismo
tiempo ser un escolástico, un dogmático, un reaccionario como lo era Gustavo Bueno. Un consejo de amigo: si usted tiene oportunidad de huir de esa secta (la de Oviedo), huya. No se lo piense dos veces.

Alice dijo...

Como está la educación en diferentes países y examinando el estado de las universidades y del mundo de la filosofía, creo que Gustavo Bueno es algo así como un soplo de aire fresco, la razón yo la veo en los efectos prácticos, Bueno tenía un conocimiento enorme sobre varias áreas de la ciencia, de la historia y de la filosofía, cosa que a mi parecer es bastante escasa en estos tiempos, la gracia es que con Gustavo Bueno se aprende y si no pudiste "fumarte" las obras de Bueno entonces tenemos un problema cuyas soluciones son un desastre para ti, que primero no tenías los conocimientos suficientes para entender la obra de Bueno o que los tienes pero no los quieres aceptar y es que un montón de cosas de las que habla Bueno no son tanto invención de él, sino que son cosas que ya están asumidas por varios filósofos, ejemplos pueden ser la inversión teológica, los traductores de Toledo, la importancia de Francisco Suárez en la filosofía alemana, la importancia de la escolástica en la filosofía cartesiana, la idea de que la filosofía nace de la geometría, etc., son un montón de cosas que él defiende pero que otros filósofos también defienden o han defendido, entonces podemos decir que es una ¿secta? es posible, pero Bueno se gano a pulso su fama y a mi en lo personal me interesa más un profesor que enseñe bien y bastante aunque sea un tanto pesado y dogmático a un profesor bastante light y progre que no enseñe nada.

Anónimo dijo...

Hombre, llamar "pseudociencia" a la mala comprensión de un concepto científico me parece exagerar. Me refiero a lo de la gravedad. Juzgar a Bueno, o a quien sea, por un error es sacar las cosas de quicio: todo el mundo tiene derecho a equivocarse.

Para juzgar la valía intelectual de Bueno, o de quien sea, hay que leer su obra. La de Bueno es difícil; pero las ciencias también lo son, y no veo quejas. Si de verdad uno está convencido de su escasa valía intelectual, que la demuestre remitiéndonos a su obra. Obviamente, es indispensable haber leído la mayoría de sus libros, no dos o tres.

En cuanto a la célebre discusión con Ochoa: hay una diferencia entre afirmar que el sustrato de todo es químico y afirmar que todo es química. Pues no: aunque todo tenga un sustrato químico, no todo es química. Da la sensación de que esa discusión se debió a una falta de comprensión mutua. Para mí no tiene la mayor importancia. Es prestar atención a una anécdota y no ir a lo principal: las obras de Bueno, donde están sus conceptos y su forma de entender la realidad.

La frase sobre Aranguren quizá no haya sido presentada en su contexto y quizá no quisiese desacreditarlo. No lo sé, no pretendo defender a Bueno; pero tengo la sensación de que esa frase no fue comprendida.

Por último, recuérdese que Bueno no reducía la actividad racional a la actividad científica: las ciencias son actividades racionales; pero no toda actividad racional es científica. Queda la Filosofía, una actividad racional no científica. ¿Probablemente más imprecisa o menos fiable que las ciencias? Puede ser, pero también ineludible. O al menos ineludible para quienes desean reflexionar sobre los asuntos propios de la Filosofía, que no desaparecerán solo por el hecho de que muchos no quieran detenerse en ellos.

Aunque habrá probablemente muchas definiciones de Filosofía y, por lo tanto, existirán muchas formas de entender su relación con las ciencias, Bueno consideraba que primero surgen las ciencias (antes de ellas, surgen las técnicas, de las cuales proceden las ciencias, como, por ejemplo, la agrimensura, de la cual procede según Bueno la geometría) y, después, la Filosofía como saber de «segundo grado», que precisamente necesita de las ciencias y se nutre de ellas. El siguiente texto, breve, contiene un resumen de la forma en que Bueno entendía la Filosofía. Desde luego, el asunto es más complicado; pero vale como adelanto:

«Utilizamos el término Idea para designar principalmente a las unidades que establecen algún tipo de relación entre conceptos pertenecientes a diferentes campos categoriales. Supuesto que los conceptos no “agotan” el campo fenoménico en el que se configuran, cabe afirmar que a través de las Ideas se manifiestan algo de aquellos contenidos del campo fenoménico que desborda los conceptos correspondientes. Las Ideas […], según esto, proceden de los conceptos categoriales, y eminentemente de los conceptos científicos o técnicos. En función de la oposición entre Conceptos e Ideas establecemos la distinción entre las ciencias positivas y la filosofía, asignando a aquellas el “tratamiento” de los conceptos, y a la segunda, el “tratamiento” de las Ideas; de donde habrá que seguir que la filosofía, en su sentido estricto, no es una actividad anterior y previa a las ciencias positivas, no es tanto la “madre de las ciencias”, por cuanto es posterior a ellas, y especialmente a la Geometría».

La fuente: http://www.filosofia.org/filomat/df152.htm

Me parece que se entiende más o menos.

Un saludo,
M.M.

Unknown dijo...

Ahora va a resultar que el libre albedrío es un principio metafísico fundamental. Y vas de listo y dando lecciones. Que una teoría o una concepción de la realidad niegue el libre albedrío no es motivo suficiente para negarla, porque no hay evidencia de que a lo que llamamos libre albedrío exista, pero si hay evidencia, y mucha, de principios mecánicos que explican la realidad sin que se haya encontrado un fenómeno que los viole.

ruben dijo...

solo para hacerlo corto, escríbenos acerca de tu producción científica o danos los link, segundo explícanos en síntesis en que consiste tu emergentismo (porque el de Bunge lo conocemos) y como diría el poseso a Pablo (tu sabes, lo sabes todo, a Saulo de tarso)...a Gustavo Bueno Martínez lo conocemos, y a Mario Bunge, pero tu ¡quien eres?

venancio dijo...

Lo del "buenísimo" solo tiene una explicación: un grupo considerable de manipulados por un psicópata, no inteligente, sino ególatra astuto y seductor.

albertinopanyvino dijo...

Me quedé esperando la crítica a la obra de Gustavo Bueno

Anónimo dijo...

Si, puro ad Hominem

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