jueves, 11 de agosto de 2011

Gamberros, multi-inculturalismo y 'siniestrona'

Los recientes sucesos en Inglaterra han permitido retratar no solo a unas hordas de jóvenes sin escrúpulos crecidos a la sombra de unos padres irresponsables y de un sistema de protección social demasiado generoso con ellos, sino también a la izquierda más simplona a la par que extrema e intolerante (la siniestrona), que quiere ver en los violentos ataques de esos chandaleros descerebrados las manos de un noble pueblo alzado contra la injusticia.

La violencia en los barrios ingleses obedece, a mi juicio, a la conjunción de cuatro factores: 1) Un salvaje consumismo alimentado desde hace décadas por los medios de comunicación de masas (desde la publicidad hasta las series para adolescentes pasando por la pura telebasura), que ha metido firmemente en la cabeza de mucha gente lo de "tanto tienes (a cualquier precio), tanto eres"; 2) Un grave deterioro de la educación y de los valores tradicionales de honradez, respeto y disciplina (algo que se garantizaba más o menos cuando la religión no era algo en retirada -¡por fortuna lo es, todo sea dicho!-, como ahora entre los occidentales); 3) Un sentimiento de humillación e inferioridad de algunos nativos pobres, perdedores de la globalización y pasto de partidos xenófobos como el British National Party (BNP) en Inglaterra o el Frente Nacional en Francia; 4) Un sentimiento de humillación e inferioridad de algunos inmigrantes o hijos de la inmigración que no han terminado de integrarse (o de ser aceptados) adecuadamente en las sociedades europeas, desgarrados internamente por el conflicto entre las leyes y costumbres de sus países de acogida y las tradiciones de sus países de origen (que suelen encadenarlos al castrante yugo del patriarcado y la religión), quienes a su vez son pasto de movimientos extremistas identitarios. 

No hace falta señalar que los nativos pobres inclinados a la xenofobia y los inmigrantes humillados inclinados al extremismo identitario están llamados a colisionar más tarde o más temprano: es la tendencia natural de lo que algunos llaman multiculturalismo (término tan querido por la ya mentada siniestrona), que yo prefiero etiquetar como multi-inculturalismo para ser más exactos. Incluso los distintos grupos de inmigrantes inadaptados tienden a chocar entre sí.

Esos idiotas que salen de noche para destruir sin ton ni son no pretenden cambiar el capitalismo, sino su posición en la escala social. La sociedad de consumo les encanta. Lo único que quieren es colocarse ellos arriba del todo para pisar a los demás: quieren ser como sus idolatrados raperos, vestidos con caras ropas y zapatillas de marca, luciendo cadenas de oro, joyas y los últimos gadgets tecnológicos y pisando a fondo el acelerador de coches de lujo para fardar ante sus novias, amigos y vecinos. Lo curioso es que, a diferencia de sus homólogos en España (los que más temprano que tarde saldrán a las calles de nuestro país a hacer lo mismo), estos jóvenes disfrutan de los beneficios de un sistema de protección social todavía muy generoso -mucho más que el español, desde luego- pese a los recortes de la era Thatcher. 

En fin, estas son cosas que pasan lustros después de que unos energúmenos se hayan convertido en padres y madres dentro de un sistema con tanta desigualdad social que descuida la educación sin dejar de alentar la competitividad, el consumismo y la más grosera ostentación. Y cuando algunos (sobre todo en la siniestrona) siguen creyendo tanto en la supuesta bondad natural de los pobres por el simple hecho de serlo como en la intrínseca maldad de los ricos.

Hooligans, multi-inculturalism, and 'siniestrona'

Recent events in England have portrayed not only a ruthless hordes of young people raised in the shadow of some irresponsible parents and a social protection system too generous with them, but also a political left the most simplistic, extreme and intolerant (the siniestrona), pretending that those violent attacks by mindless rioters are the rising of a noble people against injustice.
 

Violence in the English suburbs is due, in my opinion, to the combination of four elements: 1) A wild consumerism fueled for decades by mass media (from advertising to TV series for teenagers going through pure junk TV), who has firmly stuck in the minds of many people this idea: "the more you own (at any price), the more you are", 2) A serious deterioration of education and traditional values ​​of honesty, respect and discipline (which was guaranteed more or less when religion was not something in retreat- fortunately, I must say! - as now in the West), 3) A sense of humiliation and inferiority of some poor natives, losers of globalization and prone to xenophobic parties like the British National Party (BNP) in England or the Front National in France, 4) A sense of humiliation and inferiority of some immigrants (or people with immigration background) that have not been fully integrated (or accepted) in European societies, torn internally by the conflict between the laws and customs of their host countries and traditions of their origin countries (that often chain them to the emasculating yoke of patriarchy and religion), who in turn are prone to extremist identitarian movements.

It goes without saying that poor natives prone to xenophobia and humiliated immigrants inclined to identitarian extremism are called to collide sooner or later: the natural tendency of what some people call multiculturalism (a term so dear to the siniestrona), that I prefer to label as multi-inculturalism to be more accurate. Even the various immigrant misfit groups tend to collide one to another.
 

These idiots who go out at night to loot and destroy do not intend to change capitalism, but only their position in the social scale. They really do love the consumer society. All they want is to place themselves above all to step on others: they want to be like their idolized rappers, dressed in expensive clothes and branded shoes, wearing gold chains, jewelry and the latest gadgets and stepping on the accelerator of luxury cars to show off in front of their girlfriends, friends and neighbours. Curiously, unlike their counterparts in Spain (that sooner or later will hit the streets of our country to do so), these young people enjoy the benefits of a still very generous social protection system -much more than the Spanish, of course- despite the cuts of Thatcher's era.
 

In short, these are things that happen decades after some hooligans have become parents within a system with a high social inequality that neglects education at the same time of encouraging competition, consumerism, and the rudest ostentation. And when some (especially in the siniestrona) still believe in both the natural goodness of the poor people (for the mere fact of being so) and the intrinsic evil of the rich.

4 comentarios:

Alberto dijo...

Ummmm Nicolas, te ha salido tu vena mas derechona aqui, no??? que hay de la ruptura del pacto social en toda Europa como sustrato de lo que esta pasando en UK (de manera violenta e injustificada), en Grecia, en Chile, el 15M... no son iguales, claro que no, pero no te parece que hay algo de protesta contra la ruptura de ese pacto social?
Y sigo sin entender esa obsesion contra el multiculturalismo... el mundo humano lo ha sido en multiples contextos desde hace siglos, nada que ver con la izquierda... y ese absurdo de Merkel de que ha fracasado... quieren que fracase porque no les interesa... y lo dicen en Alemania, da un poco de miedito...

Abrazos

Nicolás Fabelo dijo...

Hola, Alberto

Me alegro de verte por aquí (supongo que eres Alberto B.). Yo creo que es un error asociar cosas como el respeto, la disciplina y el orden con la derecha: flaco favor hacemos así a la izquierda (a la liberal y tolerante, no a la que aplaude a los Castro, que a mí no me interesa) si dejamos que los conservadores se apropien de esos valores. Un derecho humano fundamental, sin el cual no pueden ejercerse otros igual de importantes, es el derecho a la seguridad y a la integridad personal. ¿Por qué es de derechas garantizarlo?, ¿por qué es de derechas impedir (a la fuerza, si no queda otra) que a un esforzado inmigrante le destrocen unos desalmados el negocio con que ha sacado adelante a sus hijos?, ¿o que unos siniestros 'bacalas' atropellen mortalmente a quienes se pongan por delante de su 'buga'?, ¿o que quien la haga la pague?...

Es cierto que en el fondo de este asunto hay una gran desigualdad social y una larga historia de agravios raciales. Y que también ha habido en los últimos tiempos unos recortes de gasto en las comunidades más vulnerables. Pero me llama la atención que se esgrima esto último cuando muchos de los agresores de estos días son los mismos que no han dudado en vandalizar de cuando en cuando las propias instalaciones deportivas, culturales o de recreo de su comunidad. Esos vándalos no son precisamente los que se apuntan a clases de violín o de baloncesto en los centros municipales, como sí hacen otros chicos pobres de su comunidad que son los primeros en sufrir la violencia estúpida de sus indeseables vecinos. Nos olvidamos que en todo grupo humano (pobres o ricos, blancos, negros o amarillos, creyentes o no) hay siempre buena y mala gente, honrados y sinvergüenzas.

El multiculturalismo es sano y enriquecedor salvo cuando se entiende como multi-inculturalismo o multi-salvajismo; o sea, cuando consiste en tolerar la barbarie de aquí y de allá vestida de tradición. Porque nadie niega que los crímenes de honor en Anatolia son tradición, como también lo son las corridas de toros en España, el asesinato de albinos en África oriental, el sometimiento de la mujer en el mundo islámico, el asesinato de niñas recién nacidas en China, el sistema de castas en India o los linchamientos comunitarios en lugares de Centroamérica. Si el multiculturalismo consiste en aceptar todo eso y renunciar a conquistas que tanto han costado en occidente (igualdad de la mujer, respeto de los homosexuales, etc.), mejor dejémoslo...

En cuanto a la ruptura del 'pacto social' en Europa, ha sido posible gracias a la complicidad o inacción (expresada o no en las urnas) de la mayoría de la población. Sí, esa misma que solo pone el grito en el cielo ahora que tiene el agua al cuello y no lo hacía hace años cuando vivía confortablemente con su 'capitalismito' de trabajo relativamente bien pagado, endeudamiento fácil, gasolina barata, móviles molones, alta huella de carbono y telebasura a raudales.

Por último, yo diferenciaría claramente estos sucesos en UK del movimiento estudiantil en Chile y el 15-M en España, que están engrosados principalmente por clases medias movidas generalmente por ideales progresistas y solidarios. Lo de Inglaterra se parece más a los disturbios en los suburbios franceses, e incluso a la actividad criminal de maras y bandas criminales en América.

Nicolás Fabelo dijo...

Por cierto, Alberto, hablando de desalmados: seguro que tienes mucho que contar de tu reciente estancia en Somalia. Esa debe haber sido una experiencia alucinante.

Un abrazo

Nicolás Fabelo dijo...

We shouldn't let the Conservatives take ownership of values of respect, discipline and order. A basic human right, without which no other equally important can be exercised, is the right to security and personal integrity. Why is being a rightist to guarantee that?...

Multiculturalism is healthy and enriching except when understood as multi-inculturalism or multi- savagery, that is, when is about tolerating barbarism dressed in tradition here and there. Because no one denies that honor killings in Anatolia are tradition, as are bullfights in Spain, the killing of albinos in East Africa, the subjugation of women in the Islamic world, the killing of newborn girls in China, the castes system in India and lynchings in parts of Central America. If multiculturalism is accepting that and giving up goals that have been conquered with so many efforts in the West (women's equality, respect for homosexuals, etc.), it's better to get rid of it...

Finally, I clearly differentiate these events in UK to the student movement in Chile and 15-M in Spain, that are mainly driven by middle classes with solidarian and progressive ideals. Events in England are more like the riots in French suburbs (banlieu), and even 'maras' and criminal gangs in America.

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