lunes, 19 de enero de 2015

Desarticulado en Villanueva del Pardillo (Madrid) un taller ilegal de risas enlatadas

Agentes del SEPRONA han desarticulado en un antiguo búnker de la Guerra Civil ubicado en el municipio madrileño de Villanueva del Pardillo, en un claro dentro de un bosque de pinos, un taller ilegal de risas enlatadas en el que trabajaban hacinados desde hacía un par de meses 14 inmigrantes sin papeles chinos a las órdenes de un empresario de Ciempozuelos de 64 años llamado Aquilino Saelices. Los chinos se veían obligados a reírse a destajo 16 horas al día a cambio de alojamiento en el mismo búnker, restos de potaje de las cocinas de empresa del grupo Arturo Fernández, una hora de música de Luis Aguilé y un bono de transporte B-3 de la EMT de marzo de 1997. La singular actividad productiva, que tan solo contaba con un equipo de grabación muy rudimentario (radiocasete antiguo de marca Casio) y tres linternas frontales usadas de minero, proveía a clientes tan diversos como Disney Channel, la Academia de Cine española, la FAES o la República Popular Democrática de Corea.

El empresario de Ciempozuelos, fundador en 2007 del Foro Emprendiendo que es Gerundio y presidente de su comunidad de vecinos desde hace más de 20 años, era la única persona que entraba y salía libremente del búnker para sacar las cintas grabadas e introducir las cintas vírgenes y las perolas de potaje que servían de alimento a los trabajadores. El radiocasete era utilizado tanto para grabar las risas como para hacer sonar las canciones de Aguilé previas al reparto diario del potaje, del que se encargaba él mismo.

Tras su liberación, los 14 chinos pidieron a carcajadas una ducha, una buena comida y la audición del segundo concierto de piano de Rachmaninov. Ya han sido expulsados del país, tras recibir un Donut de azúcar mordido y escuchar un tema del último disco de Melendi. Por su parte, Saelices ha ingresado en prisión preventiva por orden del juez, acusado de delitos contra los derechos de los trabajadores, trata de personas y favorecimiento de la inmigración ilegal.

El abogado del emprendedor sexagenario ha asegurado a la prensa que éste no ha cometido delito alguno y que tiene todos los papeles en regla, tanto en España como en Andorra (su residencia fiscal) y Gibraltar (donde está registrado su foro empresarial). Los vecinos de Aquilino aseguran que es una persona muy amable que siempre decía "buenos días" en el ascensor, llamaba "campeones" a los chavales y adjudicaba las obras de la comunidad a sus propias empresas para así ahorrarles gastos a ellos.

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