Un blog personal algo abigarrado en el que se habla de física, cosmología, metafísica, ética, política, naturaleza humana, Unión Deportiva Las Palmas, inteligencia artificial, Singularidad, complejidad y un largo etcétera. Con una sección de pequeños 'Intentos literarios' y otra de sátira humorística ('Paisanaje'). Intentando ir siempre más allá del lugar común y el buenismo. Also in English: picandovoyenglish.wordpress.com
viernes, 13 de abril de 2012
El nefasto influjo de las minorías étnicas de Kazajstán sobre un detective bilbilitano
Rogelio Ontiveros Echevarría parecía un hombre fuera de toda sospecha. Así
lo creía su esposa, Matilde Casanova Morales, tras un ágape en el Círculo Mercantil de Las Palmas y dos meses de
noviazgo que precedieron a una pomposa boda en la catedral y un
atractivo viaje organizado por las localidades más importantes de Kazajstán. Sería en la simpar Almaty donde se pusieran los cimientos de la tragedia. Un extraño brebaje de origen coreano ingerido en un oscuro establecimiento fue el causante de la súbita enajenación de Ontiveros: dotado por
semejante licor de un insólito furor, no tardó más de dos minutos
en entrar en la habitación del hotel, donde Matilde descansaba al
amparo de un ventilador, despojar abruptamente a su esposa de sus
escasas prendas y someterla a una sesión continuada de sexo hasta el
amanecer. Los hechos no deberían revestir demasiada notoriedad si
Matilde no fuese la delegada insular en Gran Canaria del Comité 'Sexo No, Gracias', entidad de creciente implantación en el
tejido social del país; y, sobre todo, si Rogelio Ontiveros
Echevarría no fuese tal sino Cincinato Fernández Fernández, alias El
Pufi, uno de los estafadores más cualificados y polivalentes del oriente de Andalucía. A
esta sorprendente conclusión llegó Ernesto Gutiérrez del Monte,
reputado detective bilbilitano y hombre de confianza del padre de
Matilde, a su vez modélico empresario del sector de la restauración
y personaje clave en la cámara de comercio local. Gutiérrez,
enviado a la república centroasiática con el propósito de arrojar
algo de luz sobre el extraño comportamiento de El Pufi,
inmediatamente comunicado por una indignada Matilde a un señor Casanova
tocado en su orgullo, estaba lejos de
sospechar que sus días culminarían en aquel país de cuya
existencia solo supo minutos antes de su marcha. "Das ist für
Sie", fueron las últimas palabras que escuchó el infeliz, que
se disponía a tomar un taxi rumbo al aeropuerto, antes de venírsele
encima un gigantesco pedrusco arrojado desde un paso elevado de
peatones por unos alborozados niños rubios y de ojos azules. Vía
Moscú y Madrid, el cadáver de Gutiérrez del Monte fue conducido a
Calatayud, donde recibió cristiana sepultura ante la congoja de sus
allegados. Matilde volvería a Canarias, donde, tras la anulación eclesiástica de
su matrimonio, contraería segundas nupcias en el mismo templo catedralicio con un importante
industrial del cartón. Fernández Fernández marcharía a la República de
Chechenia, donde, a instancias del expendedor de licor coreano,
acabaría siendo asesor del ministro del Interior. Por su parte,
Casanova sería elegido años más tarde presidente de la Cámara de
Comercio de Las Palmas. Presentaría poco tiempo después su
candidatura al Senado por el Partido del Pueblo Canario (PPC), formación política nacionalista moderada de inspiración democristiano-liberal.
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