Pese a que el País Vasco es una sociedad democrática, económicamente rica y con un muy alto nivel de autogobierno, ETA ha tenido hasta hoy mismo el apoyo incondicional de al menos un 10% de sus ciudadanos. La guerra sucia del GAL (encima chapucera, más propia de un comisario Torrente), los continuos disparates vomitados por la derecha mediática abertzale española y algunos abusos policiales y despropósitos judiciales (el de Egunkaria es un escandaloso ejemplo) solo han servido para alimentar la cerrazón, el odio y la paranoia de quienes votan a la llamada izquierda abertzale. De quienes, cegados por su fanatismo o víctimas de su estulticia, tienen el cuajo de equiparar el sufrimiento de los familiares de los asesinados con el de los familiares de los presos; o la congoja de los líderes del brazo político de ETA por miedo a ser detenidos con la de quienes hasta hace solo unos días debían moverse todo el tiempo con escolta por temor a ser liquidados. De quienes no son capaces, de nuevo por fanatismo o simplemente por faltarles un hervor, de entender que un vasco o un navarro no es peor ciudadano -ni mejor, por descontado- por no ser partidario de la independencia de su tierra.
A partir de ahora, la actividad de la izquierda abertzale será exclusivamente política. Al menos hay que reconocer que, a diferencia del PNV, ellos tienen una propuesta clara -y legítima, hay que decirlo- para Euskadi: "independencia y socialismo". Habrá que ver lo que hacen en este nuevo escenario los herederos más conservadores de Sabino Arana, que hasta este momento se han dedicado a obtener réditos políticos de su calculada y cómoda ambigüedad (corresponsable en parte de la pervivencia del llamado "conflicto" hasta bien entrado el siglo XXI). Y digo cómoda porque nadie negará -o sí, pero mintiendo- que casi ningún peneuvista ha sido víctima o ha estado en el punto de mira de los terroristas, como sí ha sido el caso del PSOE y el PP.
A ver si después de las elecciones vascas de 2013 el partido fundado por Arana se decanta o no por la independencia. Si finalmente lo hace, juntando sus diputados a los de Amaiur para demandar en sede parlamentaria vasca al Gobierno central la celebración de un referéndum de autodeterminación, bienvenida sea dicha consulta. Algunos desde fuera de Euskadi estaríamos dispuestos a aceptar ese referéndum e incluso la independencia de dicho territorio si esa fuese la voluntad manifiesta de una mayoría significativa (no precisamente el 50,01%) de sus ciudadanos. Aunque somos conscientes de que al otro lado, frente a los nacionalistas vascos, se halla el muro de un nacionalismo españolista que difícilmente lo toleraría. Pero esa ya es otra cuestión: la pelota pasaría entonces a Madrid, bajo la atenta mirada de la comunidad internacional.
Ahora bien, si el PNV pretende seguir sin mojarse, que no venga luego la izquierda abertzale a darle una colleja (los asesinatos parecen felizmente descartados) a los del PSOE y el PP: que se la administren mejor a sus hermanos aranistas. Veremos...
A ver si después de las elecciones vascas de 2013 el partido fundado por Arana se decanta o no por la independencia. Si finalmente lo hace, juntando sus diputados a los de Amaiur para demandar en sede parlamentaria vasca al Gobierno central la celebración de un referéndum de autodeterminación, bienvenida sea dicha consulta. Algunos desde fuera de Euskadi estaríamos dispuestos a aceptar ese referéndum e incluso la independencia de dicho territorio si esa fuese la voluntad manifiesta de una mayoría significativa (no precisamente el 50,01%) de sus ciudadanos. Aunque somos conscientes de que al otro lado, frente a los nacionalistas vascos, se halla el muro de un nacionalismo españolista que difícilmente lo toleraría. Pero esa ya es otra cuestión: la pelota pasaría entonces a Madrid, bajo la atenta mirada de la comunidad internacional.
Ahora bien, si el PNV pretende seguir sin mojarse, que no venga luego la izquierda abertzale a darle una colleja (los asesinatos parecen felizmente descartados) a los del PSOE y el PP: que se la administren mejor a sus hermanos aranistas. Veremos...