jueves, 17 de marzo de 2011

Animales

Que si queríamos alguno de los diez cachorros de husky siberiano. Para evitar que los sacrifiquen. Los van a matar, pequeños, cachorros, con esa dócil mirada perruna que sirve de fachada a una incipiente conciencia llamada a truncarse prematuramente. Los sacrificarán personas normales, educadas en nuestra cultura cristiana: algunas incluso irán a misa todos los domingos. Quizá sientan algo de pena, pero nada más: son animales, no son como nosotros que fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza. Unos seres vivos sanos recién llegados a este mundo por la concatenación de un número inconcebible de sucesos cósmicos van a ser exterminados por otros seres vivos (algo) más inteligentes. Menos mal que no es pecado.

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