Miguel Blesa, expresidente de Cajamadrid, ha encontrado una vía para abonar la multimillonaria fianza judicial que le ha sido impuesta por el escándalo de las tarjetas opacas en esa entidad. Se trata de una compleja operación a varias bandas que contará con la participación en primera instancia de una decena de conductores de furgonetas blindadas de la empresa Securitatis. De las cajas de seguridad custodiadas en diez de sus furgonetas saldrán los 16 millones de euros exigidos para evitar el embargo de los bienes del exdirectivo. Esa suma tendrá la consideración de "préstamo inverso" a Securitatis (o sea, no se desembolsaría a fondo perdido, tal como pretendían inicialmente los abogados de Blesa) a un tipo de interés cero. No sería la primera vez, tras el crédito concedido hace años al consejero Arturo Fernández, que se aplicase un interés nulo a una operación crediticia del grupo madrileño.
Lo que sí será novedoso, amén del carácter inverso del producto, es la mora de 80 años para comenzar a devolverlo. Y otra novedad de calado aún más importante es que el pagador no será directamente Bankia sino los descendientes (probablemente los tataranietos) de los actuales bedeles y becarios de la entidad financiera (a partes iguales entre ambos colectivos). Por otro lado, inmediatamente después del pago de la fianza, los diez conductores serán detenidos e ingresarán en prisión acusados de un delito de apropiación indebida. No obstante, solo tendrán que pasar entre rejas tres años, al cabo de los cuales serían indultados por el Gobierno (el presidente Rajoy se ha comprometido a ello en el borrador del acuerdo). En cuanto a Securitatis, recibiría en régimen de exclusividad todos los contratos de seguridad de los próximos 80 años de las administraciones públicas españolas gobernadas por "gente normal y decente" (según figura literalmente en el borrador).
La operación cuenta con el visto bueno tanto del Ejecutivo central (que, no obstante, ha condicionado el indulto en 2018 a seguir en el Gobierno y al buen comportamiento de los conductores en prisión) como del Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En un principio se barajó la participación del conocido emprendedor ruso Vasili Jetagúrov mediante una operación con el sello del selling on detracted, pero no se llegó a un acuerdo por las exigencias de Jetagúrov (al parecer, pretendía llevarse la colección de trofeos de caza de Blesa para un proyecto museístico suyo en Osetia del norte). La solución finalmente alcanzada es del todo satisfactoria tanto para Blesa como para Bankia, Securitatis y, presumiblemente, los dueños o accionistas de Securitatis de principios del siglo XXII. Los conductores, bedeles y becarios no se han manifestado, ya que desconocen aún la operación (se espera que los primeros sean informados telefónicamente a primera hora de mañana miércoles, y que bedeles y becarios tengan un conocimiento posterior a través de Wikipedia o medios de comunicación digitales).
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