martes, 28 de enero de 2014

Ataque nudista gabacho a finales de los 70

Un recuerdo bochornoso de mi infancia tiene como escenario la playa del Inglés, en mi isla natal de Gran Canaria. Tendría yo 10 u 11 años, por lo que el suceso debió de ocurrir en el verano de 1978 o en el de 1979. Fue al principio de la playa, cerca de la gran escalera de lajas de piedra por la que bajaba la gente, allí donde empezaban los chiringuitos. Por aquel entonces, aquella era una zona de familias veraneantes de la isla (desconozco si seguirá siendo así). Y ya existía, a unos cuantos kilómetros de distancia por la orilla, a caballo entre la playa del Inglés y la de Maspalomas, una de las primeras zonas nudistas reguladas en España: hace 35 años eran sobre todo extranjeros los que se despelotaban en esa mítica Punta por la que se podía pasear y ser testigo de esa novedad de la rampante España posfranquista.

Pues resulta que entre padres, niños, bebés, abuelos, tuppers, bocadillos de tortilla y de pata e incluso pucheros humeantes (los canarios que iban a pasar el día a las playas del sur eran conocidos como los rusos) se colaron inopinadamente dos intrusos que no podían pasar desapercibidos por un detalle fundamental: estaban completamente desnudos. Se trataba de una pareja francesa de mediana edad (el turismo francés en Canarias siempre ha sido muy minoritario, por cierto). El estupor de los rusos fue tremendo: airados gritos de "sinvergüenzas", de "aquí hay niños", de "¡por Dios!"... El típico padre de familia de orden, con bañador-slip apretado y seguramente bigotillo, les conminó a vestirse sin éxito. Los turistas parecían tan desubicados como Rabindranath Tagore en el plató de Sálvame o en una etapa del Camel Trophy. No quedó otra que avisar a las fuerzas del orden: al cabo de unos minutos, en medio de una salva de aplausos, se presentaron dos policías municipales que se llevaron al hombre y la mujer sin muchas contemplaciones. "¡¡Muy bien, muy bien, así, así!!", gritaba la gente. Recuerdo vagamente las sonrisas algo amargas del hombre y la mujer, con los agentes uniformados tirándoles del brazo, unas sonrisas en las que adivinaba un rastro de desprecio hacia la ñoñez nativa.

Este quizá sea el primer episodio reconocible de vergüenza ajena en mi vida. Sentí mucha rabia de que esos franceses se llevaran una imagen tan lamentable de nuestro paisanaje. Lo cierto es que Canarias (sobre todo la rural, así como la urbana de clase media y acomodada) era una sociedad conservadora y pacata (en las elecciones generales de octubre de 1982 ganó en mi barrio Alianza Popular por mayoría absoluta; aún tengo en casa de mis padres una copia del acta del colegio electoral, que arranqué días después de los comicios de la propia puerta del colegio para conservarla como recuerdo). Ya con 14 años, yo soñaba con vivir en un país diferente, en un lugar moderno y civilizado donde la gente no se preocupara de esas estupideces y sí de cosas importantes como la educación, la justicia social, la ciencia o el cuidado del entorno natural (tan maltratado en mi tierra). Pero esa España negra estaba allí, aún muy visible (como hoy, aunque ahora con maquillaje del siglo XXI), junto a la otra España moderna que empezaba a sorprender al mundo y tendría su apoteosis en las olimpíadas de Barcelona '92.

martes, 21 de enero de 2014

Franco Battiato no hizo la mili en Alcorcón


El célebre músico italiano Franco Battiato no hizo su servicio militar en la localidad madrileña de Alcorcón. La noticia ya corre como la pólvora por las redes sociales y las redacciones de los periódicos, que la incluyen en sus ediciones digitales. En Tele 5 han llegado a suspender un anuncio de una crema anti-arrugas de la tienda en casa para dar la primicia informativa, fruto de un arduo trabajo de varios años en una decena de países de un equipo de investigación de la cadena televisiva de Mediaset.

"En el fondo, nuestro trabajo viene a confirmar lo que muchos sospechaban, pero ahora podemos ratificar su veracidad con un arsenal de pruebas irrefutable", asegura el jefe del equipo investigador, Florencio Güell de la Mota. El propio Battiato se ha mostrado muy sorprendido por la noticia, que ha recibido durante un viaje por Azerbaiyán. "Nunca afirmé lo contrario", ha declarado hace unos minutos a la RAI el autor de Yo quiero verte danzar antes de mandar un recado muy claro a la prensa: "Si alguien insinúa que no es así, pronto recibirá en su domicilio una llamada de mi abogado y el último disco del peruano Macaco".

La supuesta no-mili en Alcorcón de Battiato es uno de esos rumores nunca desmentidos (ni siquiera por el cantante, que no había entrado al trapo hasta ahora) que cada cierto tiempo se ciernen sobre Twitter, Facebook, la blogosfera y las redacciones (al igual que la no autoría por Kiko Matamoros de la sinfonía nº 3 Renana de Schumann o el presunto isomorfismo de Rouco Varela con Paco Clavel, que ha traído de cabeza a la Iglesia católica en los últimos años).

Güell nos cuenta el proceso de elaboración del reportaje de 83 minutos de duración de su equipo investigador, que emitirá esta noche en exclusiva el canal de Berlusconi después de Sálvame. "Lo que nos puso sobre la pista es que Battiato es italiano, según consta en el chequeo de sus entradas de la Wikipedia redactadas en 18 idiomas, incluido el siciliano. Nuestros asesores jurídicos no tardaron en confirmarnos que la nacionalidad italiana ya era razón suficiente, por sí sola, para no haber hecho jamás el servicio militar en suelo español".

A partir de este hallazgo, y ya bien enfocado hacia su meta, el equipo de investigación dirigido por Güell procedió a un minucioso análisis de las letras de todas las canciones de Battiato. Los 14 periodistas y documentalistas a su mando se desplazaron al efecto a Fuerteventura, Aruba (Antillas Holandesas), Bali (Indonesia), Goa (India), Cabo Verde, Gambia, Cayo Hueso (Florida, EE.UU.), Mónaco, Río de Janeiro, Pattaya (Tailandia), la isla griega de Santorini, Kas (Turquía), la isla de Zanzíbar (Tanzania), Bora Bora (Polinesia francesa) y Krk (Croacia). "Puedo afirmar, gracias a la minuciosa labor realizada por nuestro equipo en todos esos lugares, que no hay una sola referencia a Alcorcón ni a municipios limítrofes en toda la producción musical de Franco Battiato". "La cosa va más allá", sostiene Güell, "porque ni siquiera hay mención alguna a términos como 'mili', 'servicio militar', 'sargento chusquero', 'toque de corneta' o 'imaginaria'".

Los periodistas españoles prefirieron no ponerse en contacto con el cantautor italiano, para así "evitar interferencias indeseables" en su trabajo. "Consideramos necesario mantener una distancia con el supuesto recluta", dice Güell, "porque de otro modo podrían haberse contaminado nuestras conclusiones: es una regla de oro del trabajo científico moderno". El único contacto con Battiato fue a través de un correo electrónico dirigido a su representante, en el que se le formulaba una doble pregunta: la primera, "¿Ha estado el sr. Battiato alguna vez en Costa Polvoranca?"; y la segunda, en el supuesto de haber respondido que sí, "¿Ha perreado el sr. Battiato en alguno de los locales de esta zona?”. El correo no fue respondido, lo que según Güell es una evidencia de su absoluto desconocimiento de Alcorcón y, en buena lógica, de su no-mili en ese populoso municipio del sur de la Comunidad de Madrid. "Una no respuesta equivale en este caso a una negativa", explica.

Güell reconoce que detrás de la doble pregunta se escondía una sutil trampa: "Si hubiese respondido que sí a la primera de ellas, se hubiera delatado, por cuanto esa zona de ocio no existía como tal en los años en que pudo haber hecho el servicio militar, no más tarde de 1970". La edad actual del cantante (nació en 1945, tal como ha podido constatar el equipo de investigación de Tele 5 en la propia web del siciliano) concuerda totalmente con este análisis.



Sin embargo, la gran prueba definitiva que se presentará esta noche en el especial de Tele 5 es un télex remitido por el Ministerio de Defensa en el que se certifica la inexistencia en los últimos 50 años de cuartel alguno del Ejército en Alcorcón a excepción de la base aérea de Cuatro Vientos, fronteriza con el municipio de Madrid. Este dato precipitó el montaje del trabajo documental de casi hora y media de duración, que ya se perfila como uno de los favoritos al Premio Internacional de Periodismo Rey de España de Televisión.

martes, 14 de enero de 2014

'Un Universo de la nada' versus "No puede aver basio (sic)"



Una genial conferencia del físico y cosmólogo estadounidense Lawrence Krauss, celebrada en 2009 a instancias de la Fundación Richard Dawkins en el marco de la Atheist Alliance International, daría pie a la redacción de un libro que ya ha llegado a nuestras librerías en su traducción española: Un universo de la nada. Cuando mi amigo el doctor Salvador Casado me informó hace unos días de la existencia de esta obra, no tardé en buscar información de ella (lo primero, ver si ya estaba en versión digital). Y descubrí en Internet la charla íntegra en inglés de Krauss (la tienes justo encima de este párrafo), con subtítulos en español.

La conferencia de más de una hora, prologada por el propio Dawkins y cerrada con interesantes preguntas del público, fue tan sobresaliente como lamentable la traducción al español de quien subió el vídeo subtitulado a YouTube, lo que me hizo volver a reflexionar acerca de la mala calidad de muchos de los contenidos alojados en Internet (sobre todo en su ámbito hispano). Y eso que todavía no había leído los comentarios al vídeo, de los que aquí abajo hay un pantallazo muy ilustrativo.


No es la primera vez que saco a los trolls a colación en este blog. También he hablado de chiflados conspiranoicos, de punseteces y de analfabetos digitalizados 2.0, sin olvidar a los analfabetos científicos que todavía van por ahí presumiendo tanto de su estéril erudición como de su ignorancia de todo lo ajeno a las humanidades. Son elementos perfectamente reconocibles en el paisanaje de este mundo del siglo XXI.

La verdad es que el contraste es brutal: la fundada hipótesis de que nuestro Universo puede haber sido producto de una fluctuación cuántica en el vacío frente al "no puede aver basio, algo debe existir (sic)" del comentarista de turno; la alusión a la belleza matemática de un universo plano (en el que la energía sería nula) frente al emplazamiento de un simplón conspiranoico a Krauss para que explique por qué una "rasgadura artificial en la línea de tiempo" (??) ha llevado al cierre del acelerador del CERN ("Qué pasó"); las profundas implicaciones de un universo infinito y plano (en el que todos los sucesos volverían a repetirse infinitamente) frente al docto apunte crítico que tilda al cosmólogo de "fantasioso", señala que la luz viaja a 600.000 km por segundo y finaliza con la sutil perla metafísica de que "a tenido que haber un ser que haya existido siempre y ese es DIOS como dice el guste o no (sic)". No pasemos por alto, por cierto, el perfil religioso de estos comentaristas: no se trata de algo casual.

Inteligencia y estulticia, conocimiento e ignorancia, siempre han cabalgado juntos en nuestra especie. Y sin duda lo seguirán haciendo mientras seamos humanos, desmintiendo a aquellos viejos ilustrados del siglo XVIII que soñaban con un mundo de ciudadanos cultos gobernados por la razón. Si Voltaire levantara la cabeza en este tercer milenio, se quedaría asombrado de la quiebra del prestigio intelectual (cualquiera de los comentaristas del vídeo de Krauss podría tener más seguidores en Twitter que él), un fenómeno ligado a la democratización-mercantilización de la cultura y el arte cuyas funestas consecuencias están aún por ver en toda su extensión.

martes, 7 de enero de 2014

Borges y el dudoso dictamen de la posteridad


(después de una conversación con el viejo amigo Samuel Rodríguez Navarro en el día de su cumpleaños)

En un centro escolar del año 5614 se recita este texto del escritor sudamericano del siglo XX Jorge Luis Borges, primer párrafo del único poema que se conserva de su amplia, pero desgraciadamente perdida, producción literaria:

"Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios" (leer el poema completo).

¿Habría llegado a imaginar el propio Borges tamaña pesadilla? De haberlo sabido, de haber sido informado por algún viajero del futuro, ¿cómo hubiese vivido el resto de sus días? ¿Hubiera sido posible para él -para cualquier creador- morir en paz?...

Cualquier lector con criterio del genio argentino bien sabe que este texto no puede ser suyo, como cualquier lector espabilado de John M. Coetzee tendría claro que no se le puede atribuir la letra de Torito bravo de El Fary o cualquier oyente de Mahler estaría seguro de que suya no puede ser la música del baile del gorila de Melody. Pero la proporción entre lectores y no lectores de Borges (los más propensos a afirmar que ese poema es sublime) es muy baja. ¿Por qué no habría de pervivir la creencia en su autoría de ese bodrio, de modo que solo este llegase a los lectores del siglo LVII?... Imaginemos un colapso civilizatorio tal que trajera consigo la destrucción de todos los libros de la humanidad, tanto en soporte convencional (en papel) como digital. Solo se salvaría de la quema lo preservado de generación en generación por la tradición oral, entre lo cual podría incluirse esta presunta pieza de Borges (¡y no cualquier obra suya de verdad!).

No creo en ese tópico de que la posteridad pone a cada uno en su sitio. No tiene por qué haber justicia a ese respecto (por otro lado, tampoco hay que darle más importancia: nuestra suerte última y compartida -la tuya, la mía, la de Cormac McCarthy y la de Belén Esteban- es la inesquivable muerte térmica del Universo). Semejante premio a toda una vida dedicada a la literatura como la de Borges -porque su existencia no fue mucho más allá de sus libros, fantasías e inquietudes intelectuales- podría considerarse la mayor burla del destino a quien decía darse por satisfecho con acaso haber contribuido a la humanidad con "al menos una sola línea necesaria".