viernes, 2 de agosto de 2013

Vacaciones


(Fragmento del libro El último dodo, Ediciones Idea, 2010. El suceso relatado es del verano de 2003)

(El conserje) Matías me vio saliendo con la bolsa de la piscina y un bote vacío de alubias, destinado al contenedor de vidrio, en la mano izquierda. “Esas alubias no son buenas, te tengo que explicar cómo hacer un buen plato, con su hoja de laurel, su ajito, su panceta rica...”. Como siempre, yo andaba con mucha prisa, pero Matías, resguardado del bochornoso calor a la entrada del parking, no parecía tener ninguna. “Pues mira, hoy me preparó mi chica una crema de zanahoria que estaba riquísima, todavía queda para la cena”. Logré dejarlo por fin a mi espalda tras un eficaz “Bueno, Matías, vamos a nadar un poquito”. Bajo un sol abrasador, me fui con la imagen sin rostro de su hija -nunca la he visto- rallando zanahorias en su cocina. A la vuelta de la piscina volví a encontrármelo, a punto ya de irse a casa. “¿A dónde os váis de vacaciones este verano?”. “Unos días a Benicàssim, una semana a Escocia y otra a Canarias”. “Yo sólo he salido de España una vez, a una etapa del tour de Francia”, me confesó sonriente pero con gesto cansado: “Nos quedamos a dormir en una tienda de campaña en los Pirineos”.

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