domingo, 17 de julio de 2011

¿Por qué un 5 ahora?

Uno de los grandes misterios del Universo, que la mecánica cuántica solo ha podido constatar con impotencia, es este: ¿por qué las cosas suceden exactamente del modo en que suceden? ¿Por qué sale un cinco, y no otro número, si tiro un dado (no trucado) en este mismo instante? ¿Por qué se produce una desintegración radiactiva espontánea justo ahora y no dentro de una diezmilésima de segundo? La cuestión es verdaderamente profunda, aunque muchos podrían despacharla como una tontería recurriendo al sentido común: "Sale un cinco porque tiene que salir algún número".

Vale, sabemos que hay un 16,66666% de probabilidades de que salga un cinco, pero la cuestión es: ¿por qué un cinco ahora?... Quizá porque la gigantesca cadena de causas y efectos iniciada con el big bang tenía necesariamente que llevar a ese cinco a las 11.45 del domingo 17 de julio de 2011 en una casa de un pueblo de la sierra madrileña. O porque, a lo mejor, todo es fruto de una enorme computación al estilo de la película Matrix, tal como barajaba el insigne físico John A. Wheeler. O porque en este mundo sale el cinco, pero en otros salen el uno, el dos, el tres, el cuatro y el seis, alumbrándose así cinco universos paralelos que irán ramificándose infinitamente (como apuntaba el también físico Hugh Everett, cuyo director de tesis fue precisamente Wheeler).

"La puerta es la que elige, no el hombre": esta es una de las frases memorables de Jorge Luis Borges, de la que -a diferencia de otras cosas que escribió- nunca renegó.

2 comentarios:

  1. Es un tema apasionante.

    Te recomiendo un libro. Lo tratan, entre otros temas, de forma amena.

    http://www.google.es/url?sa=t&source=web&cd=2&sqi=2&ved=0CCAQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.casadellibro.com%2Flibro-la-formula-de-dios%2F2900001250559&rct=j&q=la%20formula%20de%20dios&ei=mCcwTsj8CdG98gOEw4C2AQ&usg=AFQjCNEMg1Zpc8fT8RoDo1Q3GYoZZwM8pg&sig2=_sUs2ts7e2iAfsoLEXSE5g&cad=rja

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  2. Muchas gracias por la recomendación, Salva.

    La verdad es que en este ámbito hay que andarse con mucho cuidado, ya que por sus aledaños rondan muchos ikerjimenistas, chiflados y neomísticos de pacotilla.

    Y encima están los ateos de catecismo, prontos a sacar la pistola cada vez que oyen la palabra "trascendencia".

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