martes, 18 de agosto de 2015

¿Feminicidio en España? (ya será menos...)

Cada vez que un bestia mata a su novia o esposa vuelve la cantinela a los medios de comunicación y a la calle: "¡Cómo está el país! ¡Esto es un feminicidio que se nos va de las manos!..". Creo de verdad que la alarma social creada por estos crímenes machistas es exagerada. En absoluto me propongo restarle importancia al terrible drama de 24 mujeres asesinadas por hombres en lo que va de 2015 (por cierto, la tendencia es decreciente en los últimos años): solo procuro ponderarlo apelando a unas pocas cifras y al sentido común.

Lo primero, tengamos en cuenta que en España hay 46 millones de personas. Es un disparate hablar de feminicidio porque cada año asesinan a medio centenar de mujeres (lo cual, INSISTO, es un espanto) de las 20 millones que pisan nuestro suelo: ¡es una sobre 400.000! Otra cosa es el maltrato físico y/o psicológico, mucho más cotidiano. No olvidemos que estamos abordando el comportamiento de unos primates autoetiquetados como Homo sapiens sapiens, entre cuyos machos -y también hembras- siempre hay y habrá individuos infames. La brutalidad y la excesiva inclinación a la violencia es intrínseca a no pocos congéneres, y para constatarlo no hace falta ser un sociólogo. Se estima en torno a un 2-3% el porcentaje de psicópatas, de gente sin empatía ni escrúpulos, en la población humana total. Por otra parte, el terreno está más abonado para la violencia de género en España que en otros países más avanzados. Aquí sigue bien arraigado el machismo, sobre todo en las clases bajas y entre la gente más conservadora y rancia de las clases medias y altas: no es de extrañar, dado el peso de la tradición y de la Iglesia católica.

Todavía hay amplio recorrido para concienciar a nuestros niños y jóvenes -el resto de la población infectada por el machismo es ya culturalmente irrecuperable- de que hombres y mujeres han de ser iguales en dignidad y derechos, de que todo tipo de maltrato o abuso es intolerable. Y seguramente haya que reforzar las leyes contra la violencia machista y aumentar la protección de las mujeres amenazadas, sin por ello incurrir en una legislación que, como su propio artífice (mi paisano socialista Juan Fernando López Aguilar) pudo constatar en sus carnes, puede llegar a arruinar la vida de alguien con una simple denuncia falsa o sin fundamento. Esa ley de 2004 está siendo utilizada torticeramente como un arma de la madre contra el padre para hacerse con la custodia de los hijos en procesos de separación o divorcio.

Pero, por muy bien que lo hagan las autoridades y la sociedad civil, es imposible erradicar esta plaga (en España o en cualquier otro sitio). ¿Alguien se rasga las vestiduras por el hecho de que siga habiendo asesinos, estafadores, violadores y otros delincuentes, de que las cárceles sigan siendo -y nunca dejen de serlo- necesarias? ¿Acaso han desaparecido esos tipejos de algún país del mundo, por muy avanzado que sea? ¿De veras podemos creernos que por mucho "pacto político, institucional y social para luchar contra el machismo criminal" (PSOE dixit) no va a haber siempre algún energúmeno por ahí que mate a su esposa? Una importante función de las leyes es intentar prevenir el delito, pero pretender que éste desaparecerá completamente alguna vez de la faz de la Tierra es de una ingenuidad demencial.

En cualquier caso, no perdamos la perspectiva. Según el psicólogo evolutivo canadiense Steven Pinker, en contra de lo que podríamos pensar viendo un telediario, los humanos nunca hemos sido menos violentos como ahora. Pinker sostiene esta tesis en su libro Los ángeles que llevamos dentro, apoyado por un gran arsenal de datos estadísticos. No tengo información al respecto, pero pongo la mano en el fuego a que nunca ha habido menos víctimas de violencia machista en España como en la actualidad. ¿Se imaginan cómo debía ser el panorama en 1915, por no hablar de 1815, 1715 o antes?

Por cierto, en los telediarios solo sale lo noticiable (como el asesinato de una mujer a manos de su pareja), que es una muy pequeña parte de la realidad cotidiana de un país relativamente desarrollado y en paz. Por desgracia, el maltrato físico es mucho más frecuente (una de cada ocho mujeres afirma haberlo sufrido). Pero, por fortuna, en materia de violencia machista España está muy alejada de regiones como Latinoamérica, la India, África o el mundo islámico (véase aquí un informe del estado mundial del problema). No pretendo ser complaciente sino ponderado y realista. Hay que proseguir con la concienciación social y las medidas de protección de las víctimas, hacer recaer todo el peso de la ley sobre el maltratador (ni más ni menos que sobre cualquier otro delincuente violento) y asumir de una vez por todas que siempre habrá bestias entre nosotros.

martes, 4 de agosto de 2015

Parte a las Seychelles un equipo científico multidisciplinar español para resolver un triple enigma lingüístico

El reputado equipo multidisciplinar español que recientemente desveló por qué en Moldavia no llaman tortellini al chorizo de Cantimpalos se apresta a un nuevo reto científico. Los investigadores al mando del filósofo Rubén Santiago Armenteros Pi se proponen ahora ofrecer una explicación a un triple e intrigante misterio lingüístico: por que no había palabra en arameo antiguo para el kiwi (tanto el ave como el fruto) y por qué no las hay aún en la actualidad en las lenguas sami de los lapones para el desierto arenoso con formaciones rocosas dispersas de arenisca y en el idioma tok pisin de Papúa Nueva Guinea para el gentilicio de Torredonjimeno (Jaén).

Armenteros Pi asegura que el germen de esta nueva investigación fue uno de los escasos momentos de asueto en la isla de Bora Bora, centro operativo del complejo y laborioso trabajo acerca de los tortellini, el embutido segoviano y la lengua rumana de Moldavia. "Observando el fondo redondeado de un vaso de Martini tras un largo briefing con mi equipo en la piscina del hotel, de alguna manera se me antojó que la resolución de esos tres enigmas debía de estar estrechamente relacionada", aseguraba el filósofo español a la prensa antes de partir con su equipo hacia las islas Seychelles: este archipiélago índico será el nuevo cuartel general de los investigadores (al plantel multidisciplinar se ha sumado un geólogo de Betanzos) en los próximos tres años. "La elección de Seychelles no es gratuita", explicó Armenteros Pi, "pues tendremos que hacer trabajo de campo en Laponia, Nueva Zelanda, Israel, Papúa Nueva Guinea y las islas Vírgenes británicas y es el emplazamiento ideal por su ubicación geográfica y sus condiciones para la investigación y el procesamiento de información 2.0".

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha alabado el trabajo de estos científicos: "Son realmente emprendedores que representan lo mejor de la marca España en el mundo". El jefe del Ejecutivo, que tuvo palabras de recuerdo para otra investigación que el año pasado descartó que Franco Battiato hubiese hecho su servicio militar en Alcorcón, ha prometido visitar a nuestros compatriotas en las islas Seychelles antes de final de año si su apretada agenda se lo permite: "Habrá que ver si hay algún partido importante del Madrid por medio, pero seguro que encontraré algún hueco".

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